Aumentar la resiliencia de la cadena de suministro es uno de los grandes retos de este año. Capgemini Research Institute indica en su estudio que un 66% de las empresas encuestadas no solo así lo cree, sino que piensa que la estrategia tendrá que cambiar para adaptarse a un futuro incierto. Solo 14% de los entrevistados asegura que volverá al modelo operativo anterior.
Antes de la pandemia la mayoría de las empresas se enfocaba en reducir costos. Hoy muchas están dispuestas a pagar por alcanzar un nivel de resiliencia óptimo. Son más conscientes de que incrementar la flexibilidad y agilidad de las cadenas de suministro les proporcionará el margen de maniobra necesario para reaccionar y adaptarse a las posibles disrupciones de forma mucho más rápida.
El desarrollo del IoT, del Big Data, el análisis predictivo y la inteligencia artificial ha permitido que la transformación digital y la eficiencia esté en su máximo exponente.
Además de hacer que las cadenas de suministro sean más resistentes y adaptables la digitalización redunda en soluciones más personalizadas para el cliente y una mayor rentabilidad para las empresas.
Gracias a que estas tecnologías impulsan la recogida y del análisis de datos, éstos se usan tanto para el intercambio de conocimiento como para priorizar la localización de los proveedores y de las actividades de producción, dos factores clave de la cadena de suministro.
Planificar es sinónimo de tener capacidad de hacer frente a imprevistos debidos a factores internos o externos, bien porque nos adelantamos a ellos o porque podemos gestionarlos, una vez aparecidos, con margen de maniobra.
Por ejemplo, basar la visibilidad de una empresa sólo en lo que los proveedores informan, no es una buena idea porque no se sabe dónde se encuentra la orden o incluso, cuándo llegará. Sin embargo, las empresas que se apoyan en la nube tienen la posibilidad de que todas las partes puedan visualizar e interactuar para comprobar las ordenes en tiempo real. El resultado es que todas las partes como el negocio, los proveedores y los transportistas operan con una única versión de los datos.
“Planificar es sinónimo de tener capacidad de hacer frente a imprevistos debidos a factores internos o externos”
Dado que el futuro puede cambiar, y ahora más que nunca, la transición hacia nuevos modelos de negocio necesita de agilidad. Agilidad para priorizar la flexibilidad en los procesos de producción y de toma de decisiones.
Una cadena de suministro resiliente reconoce y fomenta el trabajo en equipo. Garantiza la máxima productividad gracias a un número de operarios adecuado capaz de asumir nuevas capacidades o nuevos proyectos adicionales.
También desarrolla protocolos de gestión de eventualidades que identifican a quién informar y sobre todo, dónde encontrar ayuda. Una de las características de su fortaleza es marcar sus propias limitaciones. Tienen objetivos claros y precisos, lo que les aporta mucha seguridad de lo que pueden lograr. Esta confianza generalmente se apalanca en reconocer y fomentar el trabajo en equipo, desarrollar protocolos de gestión de eventualidades que identifican a quién informar y sobre todo, dónde encontrar ayuda.
Garantizar la máxima productividad gracias a unos soluciones tecnológicas y un número de operarios adecuado nos ofrecerá la capacidad de asumir nuevas capacidades o nuevos proyectos adicionales.
Vemos que tres características son las bases de toda cadena resiliente son: visibilidad, inteligencia y ecosistema conectado digitalmente.
Visibilidad de punta a punta en tiempo real. En el caso de la inteligencia artificial, hablamos de identificación de la causa primaria y en el caso de la digitalización, de la capacidad para ejecutar acciones que pongan en marcha una actividad autónoma que preserve el sentido y capacidad de respuesta.
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